jueves, 9 de junio de 2011

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Estoy afín con la tecnología, uso internet, me levanto y prendo la compu, tengo facebook, tengo blog (como habrán notado), tengo ipod, pero no me gusta ser rehén de la tecnología. Conozco gente que tiene un ipad y está esperando la nueva versión que ya la tiene pedida desde no se cuándo que trae no se qué. ¿para qué? el nuevo auto, la nueva Mac, el nuevo iphone... Uso las cosas hasta que se vuelven obsoletas, pero mientras sigan sirviendo para su uso las sigo usando. ¿para qué quiero un microondas nuevo si el que tengo calienta y descongela bien? ¿para qué quiero una computadora nueva si la mía todavía tiene pila de memoria y le andan bien todos los programas? ¿para qué un celular nuevo?. Acá en realidad me puse hablar solo de la tecnología pero en realidad lo aplico al consumismo en general. ¿te hace más feliz tener el último iphone? a mi no. Después saldría a la calle con miedo de que me lo roben o perderlo o que se me rompa. Para qué todo eso si al final lo que te hace feliz es estar en una hamaca paraguaya tocando el pasto cerca al mar.

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