domingo, 16 de octubre de 2011

Dolor y alegría...
qué difícil la vida, qué dura la muerte!
Cómo van de la mano y una permite el desarrollo de la otra y también lo frustra.
Qué ganas de vivir y de aprovechar la vida produce una muerte y a la vez qué parálisis y angustia genera.
Lo cierto es que es algo incambiable, irresoluble, es un corte que no se puede enmendar, en cambio uno puede seguir viviendo, aprovechar su vida, disfrutarla. Hay momentos de recuerdo muy dolorosos, momentos de culpa por estar vivo y viviendo, es un vacío, un agujero que nada va a llenar. Sin embargo no nos podemos quedar en el pozo, hay que salir aunque sea difícil, aunque caigamos muchas veces más, hay que tratar de salir...

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