jueves, 29 de enero de 2009

a mi abuelita sacramentada del alma

(así era como nos pedía que la llamáramos).
Me enseñó a agarrar la cuchara para tomar sopa y no hacer ruido, a estar siempre con ropa interior limpia por si me pasaba algo, a tener cuidado con los hombres que te quieren agarrar el pañuelito, a cantar tangos, a tomar leche caliente con miel cuando tuviera tos, a tocar mi primer canción en el piano, a estar siempre arreglada antes de salir o abrirle la puerta a alguien, a pararme y caminar derecha, a no decir "esteee", a salir siempre sonriendo en las fotos y reirme jacarandá, a combinar expresiones del inglés, del francés y del lunfardo haciendo frases graciosas, "te quedó kimidarlín*", a elegir siempre novios altos, a tener siempre aunque sea un pedacito de chocolate en la mesa de luz, a mirar por la ventana al sol, a coser botones, a tejer crochet... y muchas cosas más. Estuvo muy presente en toda mi vida, murió ayer con casi 92 años, y va a estar conmigo siempre.

Florinda Amalia Fernández Canino.


*quería decir, te quedó precioso del inglés tomó: kiss me darling.